jueves, 14 de agosto de 2014

Serie Homenajes: Reservoir Dogs

Después de algún tiempo de ausencia, volvemos a visitar el blog, recordar que existe, y escribir algunas líneas sobre él en nuestra serie "Homenajes".

Hoy, volveremos a hablar de una película, particularmente una de mis favoritas, como es "Reservoir Dogs" (1992), conocida acá como "Perros de la Calle", la "Opera Prima" del director Quentin Tarantino.

Es considerada como una de las grandes películas del cine independiente, y lo principal es que contó con un reparto de lujo, cosa bastante milagrosa para un director que se está iniciando. Veamos de qué se trataba el argumento:
Seis criminales profesionales son contratados por Joe Cabot (Lawrence Tierney) y su hijo Nice Guy Eddie (Chris Penn) para un trabajo. No se conocen entre sí y se mantienen en el anonimato, escondidos bajo nombres de colores: el señor Naranja (Tim Roth), el señor Blanco (Harvey Keitel), el señor Rosa (Steve Buscemi), el señor Rubio (Michael Madsen), el señor Marrón (Quentin Tarantino) y el señor Azul (Edward Bunker). Preparan minuciosamente el robo a un almacén de diamantes, pero la policía aparece inesperadamente en el momento del atraco convirtiéndolo en una masacre que tiene como resultado las muertes de algunos policías, empleados y también del señor Azul y del señor Marrón. Todo hace sospechar que hay un traidor infiltrado. Reunidos a puerta cerrada en un viejo almacén abandonado, los supervivientes se enfrentan entre sí intentando descubrir quién les ha conducido a esta situación límite.
La mayor parte de lo anterior no se muestra en la película sino que el espectador lo deduce de los diálogos y de flash-backs parciales que ilustran los antecedentes de la situación central. La película comienza en realidad con unos hombres desayunando en un bar donde comentan hechos banales.
Cuando terminan los créditos iniciales, se muestra el interior de un coche. El Sr. Blanco lo está conduciendo y trata de confortar al señor Naranja que se desangra en el asiento de atrás a causa de una herida en el estómago. Los dos llegan al punto de encuentro, ubicado en un almacén abandonado. Allí, el señor Naranja pierde el sentido.
Aparece el señor Rosa. Ha escondido los diamantes robados porque sospecha que hay un policía infiltrado entre los ladrones. Tiene una confrontación con el señor Blanco, porque no están de acuerdo en qué hacer con el señor Naranja. El señor Blanco quiere llevarlo a un hospital, pero el señor Rosa no lo permite porque el señor Naranja sabe el nombre y la ciudad natal del señor Blanco y puede traicionarlos a todos.
La llegada del señor Rubio interrumpe la disputa. Ha secuestrado a un policía y los tres pegan al rehén. Llega Eddie, enfadado a causa la masacre que tuvo lugar en la joyería. Pide ayuda para coger los diamantes escondidos. El señor Rosa y el señor Blanco salen con él.
El señor Rubio sigue torturando al policía, que afirma su ignorancia acerca de quién es el policía infiltrado. El señor Rubio corta la oreja del rehén y decide quemarlo. En este momento, el señor Naranja mata al señor Rubio de varios disparos. Luego confiesa al policía su verdadera identidad, que éste ya conoce. Se ha infiltrado en el grupo para atrapar a Joe Cabot. Fingió ser un delincuente despreocupado y venció la desconfianza de los otros ladrones con anécdotas inventadas. Durante el robo lo han herido y él ha matado a la mujer que lo ha hecho.
Llegan Eddie, el señor Blanco y el señor Rosa. Al encontrar a su amigo, el señor Rubio, muerto, Eddie mata al policía. Exige explicaciones, y el señor Naranja sigue mintiendo. Dice que el señor Rubio quería matarlos a todos y obtener los diamantes. Nadie lo cree excepto el señor Blanco. Después llega Joe diciendo que el señor Naranja es un policía infiltrado y el señor Blanco se niega a creerlo.
Se forma un triángulo mortal: Joe dirige su pistola al señor Naranja, el señor Blanco dirige la suya a Joe, Eddie dirige la suya al señor Blanco y el señor Rosa se esconde. Esta situación se resuelve con las muertes de Eddie y Joe. El señor Rosa coge los diamantes y huye.
Mientras el señor Blanco, herido, se arrastra hasta el señor Naranja, moribundo. Lo conforta sosteniéndole en sus brazos. Entonces el señor Naranja confiesa la verdad. Irrumpe la policía. El señor Blanco, llorando, mata a su amigo y de inmediato muere acribillado por la policía.

Como decía al principio de la entrada, es una película que cuenta con un gran reparto actoral encabezado por Harvey Keitel, y con grandísimas escenas, como cuando el señor Rubio (Michael Madsen) tortura al policía de rehén bailando al ritmo de la canción "Stuck In The Meddle With You" de Stealers Wheel. Por supuesto, la escena cuando la banda aparece en acción al ritmo de la canción "Little Green Bag" de George Baker Selection. Acá se empezaría a notar la certera mano de Tarantino en elegir canciones grandiosas (algunas desconocidas para la mayoría de la gente) para graficar mejor las escenas. Un clásico de los años 90, absolutamente recomendable.

Eso sería por ahora. Hasta la próxima.